La actuación civil en la guerra de Malvinas 16-nov-05

Discursos, Charlas y Debates: La actuación civil en la guerra de Malvinas 16-nov-05

El siguiente es un extracto de la charla/conferencia que pronunció el Cap. (R) VGM D. Jorge Luis Páez Allende el 16-nov-05 durante un almuerzo organizado por el «Foro de la Ciudad» en  el Club del Progreso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la calle Sarmiento 1334.
La mayoría de los concurrentes fueron destacadas personalidades del medio civil, que compartieron la mesa con varios oficiales  de la  Fuerza Aérea Argentina, como el Sr. Brig. Gral. (R) VGM  D. Ernesto Crespo, el Sr. Brig. Gral. (R) VGM  D. Rubén Montenegro, el Sr. Subjefe del Estado Mayor General de la FAA Brig. VGM  D. Ernesto E. Bianco, el Sr. Brig. VGM  D. Manuel Mariel, el Sr. Com. (R)  VGM  D. Amando Medina, el Sr. Vcom. (R) D. Mario Licciardello, y un grupo de Pilotos civiles VGM y miembros de la Asociación Civil de Veteranos de Guerra «Escuadrón Fénix», que tienen grado militar como oficiales de la Reserva de la FAA.
La Comisión Directiva del Club anfitrión, el más antiguo del país, fundado en 1852, recibió muy cordialmente a todos, y el encuentro fue muy agradable, e instructivo.

TEMA: «La actuación civil en la guerra de Malvinas» (propuesto por C.D. del Club)

Señores: Es un honor, y también un privilegio, tener la oportunidad de referirme a la actuación de los civiles en la guerra  por el Archipiélago Malvinas, en esta casa que considero es una de las joyas de la Historia Argentina.
Han sido tantas y tan variadas las participaciones de civiles, en la tierra, en el mar y en el aire, que se necesitarían muchas horas para no cometer el error de dejar de mencionar algunas.
Por ejemplo, hace aproximadamente un par de años, en este mismo salón escuché el relato de un capitán de ultramar que, mientras navegaba de regreso del hemisferio norte hacia nuestro país, recibió la orden de modificar el rumbo de su buque mercante, un carguero, y acercarse a la isla Ascensión para tratar de observar el movimiento de unidades de la fuerza de tareas británica, y transmitir la información.
Además, hubo participación civil en varios barcos de transporte que operaron en el TOAS, en la zona de Malvinas, como el Rio Carcarañá, el Yehuin, el pesquero Narwal, este último que fue atacado y hundido por aviones Harrier ingleses, etc.
Hubo también actuación de civiles radioaficionados, que participaron de la ROA (Red de Observadores del Aire), que aportaron sus propios equipos de comunicaciones, buzos,  maestras, periodistas, médicos, técnicos de máquinas viales, empleados de los servicios de correos de ENCOTEL, y de LADE, etc.
Lamentablemente, la limitación que me impone el tiempo disponible me obliga a recomendar la lectura del libro «Civiles por Malvinas» por Jorge Muñoz, a quienes deseen profundizar y ampliar este tema. (Es de la editorial Cruz del Sur).
Personalmente estoy en condiciones de hablar con bastante conocimiento de los pilotos y aviones civiles que fueron  convocados, porque participé activamente en las tareas previas a la incorporación de éstos a la Fuerza Aérea, del diseño de las misiones, los criterios aplicados para la selección, y el despliegue para formar parte de la FAS (Fuerza Aérea Sur), que comandaba el entonces señor Brigadier Ernesto Crespo, hoy aquí presente.
No estoy en condiciones de hacerles conocer todo lo que hicieron, porque estuve junto a ellos y los acompañé en sus misiones solamente durante los últimos días de Abril y los primeros de Mayo de 1982, pero luego fui autorizado para recibir instrucción de vuelo en aviones IA 58 Pucará, y destinado a la Base Aérea Militar Santa Cruz. En la ciudad-puerto del mismo nombre.
Me referiré entonces a los aspectos más relevantes de la participación de los pilotos civiles en Malvinas, porque conozco el tema y considero que su contribución fue importante. Además, es un tema poco conocido, y será interesante para ustedes.
Quiero destacar que todos los civiles VGM que conozco, todos ellos hombres mayores, profesionales, sienten mucho orgullo por haber tenido la oportunidad de participar, y admiración hacia sus colegas aviadores militares, con quienes compartieron esos días de la Batalla. Tal es el caso de los miembros de la Asociación Civil de Veteranos de Guerra «Escuadrón Fénix», la mayoría de los cuales se desempeñaron como pilotos de aviones civiles durante la batalla, y que años más tarde, por propia iniciativa, fundaron esta Institución, que actualmente tengo el honor de presidir.
También hubo participación de militares retirados y de pilotos civiles de líneas aéreas, como Aerolíneas Argentinas y Austral, que a la sazón ambas pertenecían al Estado Nacional, y que realizaron vuelos de transporte de personal, y de material militar, a la muy corta pista de Puerto Argentino, operando al límite, durante el «puente aéreo» que se implementó en el mes de abril.
Con ellos, también participaron entusiastamente otros empleados de esas empresas, como los técnicos aeronáuticos que los acompañaban en sus vuelos, para atender a los aviones en tierra, ayudar con los pasajeros y la carga, y realizar el despacho operativo de los vuelos. Y hubo también algunas operaciones aéreas contribuyentes que se efectuaron fuera del continente americano, inclusive en Asia y África.
Pero los pilotos y aviones que se conocen como el Escuadrón Fénix de la FAA, en Malvinas, son específicamente aquellos que desplegamos a partir del 28 de Abril de 1982, abarcando todo el litoral marítimo desde Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego. En todas las Bases Aéreas de despliegue, y aún en los pequeños aeropuertos de la FAS había aviones con sus tripulantes, como por ejemplo Puerto Deseado.
Desde el primer momento, durante el mes de abril, planificamos que serían convocados 35 ó 36 aviones bimotores, de la categoría «transporte ejecutivo», bien equipados, y que invitaríamos a sus pilotos a participar, con grado de «alférez en comisión». Debo destacar que todos los pilotos y técnicos aeronáuticos aceptaron la propuesta a la convocatoria, e incluso hubo algunas protestas de quienes no fueron convocados. Idéntico apoyo recibimos de las empresas privadas y estatales, y las instituciones, que cedieron de muy buen grado sus aviones y pilotos, sin problemas.
Nosotros, en el Comando de Operaciones Aéreas, teniendo en cuenta las circunstancias, habíamos elegido en ese momento a «lo mejor de la aviación general» que se disponía en el país: el LV-ALW Hawker Siddeley HS 125 de YPF, nueve o diez Lear Jets que pertenecían a empresas privadas, como Loma Negra, Bunge y Born, Terrabusi, Banco de Italia, etc. A este grupo de reactores, cuya velocidad en vuelo era similar a la de los aviones de combate argentinos, les asignamos las misiones de acompañamiento y guía hasta las islas de los aviones de ataque, diversión o engaño, retransmisores en vuelo durante los ataques, exploración y reconocimiento, traslado de comandos, etc.
También participaron seis reactores Cessna «Citation», de la Policía Federal, Fabricaciones Militares, Massalin y Celasco, Árbol Solo, Líneas Aéreas Sureñas y Automotores y Servicios. Debido a su menor velocidad y su equipamiento, las tareas previstas fueron exploración y reconocimiento, retransmisores en vuelo, búsqueda, enlace, traslados operativos y de Comandos, transporte de cargas pequeñas en general.  En total, 16 ó 17 reactores, a los que se sumaron ocho biturbohélices, de los cuales tres eran Mitsubishi de Vicente Robles S.A., del Banco Interfinanzas y de Fimberg S.A., un Merlín Metro III de Astilleros Alianza, y cuatro Turbocommander AC-690 T, dos  de Gas del Estado, y dos de Cata S.A.
Las misiones previstas para ellos fueron: exploración y reconocimiento, búsqueda y rescate, traslados operativos (tripulantes, armeros, mecánicos, etc.), Transporte de Comandos, y de cargas pequeñas en general. Para los Mitsubishi, por su equipamiento electrónico moderno, se les sumaba la misión de acompañamiento y guía de los turbohélices IA 58″Pucará». Esta era la primera línea del Escuadrón Fénix.
Más tarde, avanzado el mes de mayo, también se incorporaron los Aerostar 600A de Acindar S.A.,  Barneco S.A., Colloca S.A., ENYS S.A., Metalúrgica Mellan, Radio Emisora Cultural LS-5, Sidec S.A., y Yunque S.A. Las misiones previstas para estos aviones con motores a pistón, pero muy veloces, fueron similares a las de los turbohélices.
Pero hay que tener en cuenta que el Teatro de Operaciones no tenía límites fijos, cualquiera de ellos podía tener, tanto en vuelo como en tierra, un encuentro cercano con el enemigo, que había desplegado unidades SAS y SBS en el continente, y que desplazaba sus unidades navales y aéreas tanto como podía.
Algunos aviones Lear Jet convocados fueron operados también por oficiales de la Fuerza Aérea en actividad, y hubo algunos casos en que operaron tripulaciones mixtas, de civiles y militares, y también operaron sólo pilotos civiles, según el tipo de misión.
El Escuadrón Fénix operó desde fines de Abril hasta después de la finalización del conflicto, y considero que su participación fue muy importante, no solamente a nivel de las operaciones realizadas, sino también porque  su presencia ha estimulado a los pilotos de combate, y le ha proporcionado una mayor flexibilidad operativa a las FFAA argentinas.
Mi participación en la utilización de aviones civiles tenía un antecedente previo, en 1978. Pero en esa oportunidad no llegamos a iniciar las operaciones reales debido a las exitosas gestiones del Cardenal Samoré, enviado por Su Santidad el Papa, para preservar la Paz.
En 1982, la Fuerza Aérea me convocó después de la impecable Operación militar llevada a cabo el 02 de Abril, cuando se logró la Recuperación de las Islas.
En pocos días, con un pequeño grupo de Oficiales trabajamos en el Comando de Operaciones Aéreas, y le aportamos a la Fuerza Aérea un elemento operativo de primera línea, que cumplió con las tareas que se le ordenaron.
Considero que fue una importante contribución de capacidad organizativa, utilización racional de los medios, imaginación, y patriotismo.
Pero, tanto civiles como militares, no hicimos otra cosa que cumplir con nuestra obligación, nuestro deber, señalado por la Constitución de la Nación Argentina, que en su Artículo 21 establece claramente que «Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la Patria y de esta Constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso, y a los decretos del Ejecutivo nacional».
En 1982, el Escuadrón Fénix cumplió con su misión, y pasó a la Historia, por su actuación como parte de la Fuerza Aérea Sur. Finalizado el conflicto, el personal y los aviones regresaron a sus tareas normales.
En la actualidad, es una Institución fundada por los Veteranos, la Asociación Civil de Veteranos de Guerra “ESCUADRÓN FÉNIX”, con personería jurídica desde 1996, ONG que reúne a los socios fundadores Veteranos de Guerra pilotos y mecánicos, sus cónyuges, familiares, amigos y admiradores.
La Asociación tiene presencia institucional en los actos y las conmemoraciones que con motivo del conflicto realizan las Fuerzas Armadas y Organismos del Estado, otras ONG afines, Colegios, Escuelas, programas de radio y televisión, entrevistas, charlas y conferencias, etc.
La Asociación participa, todos los días 1° de Mayo de cada año, del acto en que la Fuerza Aérea Argentina conmemora su “Bautismo de Fuego” y desfila con su estandarte al  frente, orgullosa de la parte de la Historia en que participaron sus Veteranos de Guerra.
He tenido el privilegio personal de conocer bien a varios de ellos, algunos tenían edades superiores a los sesenta años, cuando participaron en la Batalla, excelentes  profesionales reconocidos. Ellos, y nuestros muertos en combate, nos han  dejado el legado, LA OBLIGACIÓN MORAL de construir, de mirar hacia adelante, de ser mejores. Para poder VOLVER, Y TRIUNFAR, RECUPERANDO LO NUESTRO.
En el futuro, siempre existirán argentinos que estaremos listos para volver a volar, EN, Y JUNTO A NUESTRA FUERZA AÉREA, en renovados Escuadrones Fénix, como lo dice su escudo distintivo: «POR LA PATRIA»
——————–Cap. (R) VGM FAA  Jorge Luis Páez Allende———————–