Mision de Busqueda y Rescate Bell 212 H-86

MISION DE BUSQUEDA Y RESCATE DEL 13 DE JUNIO DE 1982 EN LA B.A.M. SAN JULIAN

HELICÓPTERO BELL-212 MATRICULA H-86 DE LA FUERZA AÉREA INDICATIVO “CHACO” DESPEGA EN AUXILIO DEL NENE 4- AVIÓN A4-B DEL ALFEREZ GUILLERMO DELLEPIANE

Ese día, como era habitual, cumplíamos turno de emergencia en Helicóptero de Búsqueda y Rescate dado que había una escuadrilla de 4 aviones A4-B (Los NENE) que había despegado a las 10:35 en  misión de combate a las islas, mas precisamente, ataque a blancos terrestres, en la base del monte Dos Hermanas .

En San Julián había un helicóptero Hughes 500D su piloto era el Alférez Seco, estaba designado para realizar enlace y reconocimiento cercano. Dos helicópteros B-212 uno de la provincia del Chaco, integrante del escuadrón “FENIX”, matrícula LQ-CHP, cuya tripulación estaba compuesta por: Piloto Capitán (Convocado) Ezequiel Martínez, Copiloto Héctor Tesio y su mecánico, Agustín Colombres. Para la misma tarea de Búsqueda y Rescate en mar estaba el helicóptero Bell 212 matrícula H-86 de la Fuerza Aérea, seleccionado para estar de emergencia, por la aptitud que poseía;  por tener tripulación con rescatistas y fundamentalmente grúa de rescate, elemento sin el cual es casi imposible rescatar un piloto del mar con olas de dos o tres metros y sobre todo si esta malherido o inconciente.

Aquel 13 de junio siendo las 13:00 hs. aproximadamente nos encontrábamos en las proximidades del helicóptero parte de la tripulación y veo al Cap. (Conv). Ezequiel Martínez correr hacia nosotros exclamando:
-Alarma!! Alarma!! Un A4-B en emergencia por pérdida de combustible!

Pusimos en marcha en forma inmediata y en escasos minutos estábamos ya en el aire con rumbo a las islas, salimos  con indicativo de Radio “Chaco”, no con el indicativo de radio habitual  “Pala” o con la matrícula “H-86”.  La tripulación de aquella misión del 13 de junio de 1982 estuvo conformada de la siguiente manera: Cabo Primero Cuello (Pararescate),  Cabo Principal  Cabrera (Pararescate) y de  Cabo Principal Rodríguez (Operador de grúa), Cabo Principal Pedro Pereyra (Mecánico), en el puesto de copiloto el (Cap Conv.)Ezequiel Martínez (con la navegación y comunicaciones) y en el puesto piloto el Ten Guillermo Lozada. Motivaba que Ezequiel Martínez integre la tripulación  del Bell 212 de Fuerza Aérea, el hecho que el Comandante del mismo, 1er Ten Francisco Gómez con quien habíamos desplegado desde la VII Brigada Aérea de Morón, por orden superior, había sido enviado a Santa Cruz para integrar otra tripulación, de los helicópteros Sikorsky S-61N LV-ONG y LV-OCL convocados ambos a tareas de Búsqueda y Rescate: eran aeronaves pertenecientes a la empresa de Helicópteros Marinos, ahora destinados en la Base Aérea de Santa Cruz.

A poco del despegue y a requerimiento nuestro, la torre nos dio un radial de alejamiento el cual seguimos mientras ascendíamos para alcanzar una altura que nos permitiese ahorrar combustible, aprovechar en viento de cola y asegurar las comunicaciones.

A los 15 minutos de vuelo pudimos ya escuchar modular por VHF a la tripulación C-130 matrícula TC-69 probablemente era el Vcom Litrenta o My Destefanis que hablaba con el Nene 4, avión de combate A4-B matrícula C-221 del Alférez Dellepiane: le transmitían en todo momento palabras de  tranquilidad, confianza y le comunicaban que iban a su encuentro, que se quedara tranquilo.

Luego de algunos minutos mas ya escuchábamos nítidamente la voz del Alférez Dellepiane (nene 4), preguntándole al KC y a nosotros donde estábamos y diciendo que no tenía el C-130 a la vista y que estaba solo con 600 libras de combustible, Ezequiel Martínez se comunicó y trató de tranquilizarlo diciéndole que estábamos en camino. La situación se puso mas tensa, un instante de silencio que pareció un siglo y otra vez lo escuchamos al Nene 4, en una situación mas desesperada, ya casi sin combustible y con la inmensidad del mar abajo, preparándose para una eyección inminente. De pronto, el C-130 exclama.

  • Lo tengo a la vista!!!!!

En ese momento, luego de ver que el liquidómetro marcaban 200 libras Dellepiane, según  relató después, no los miró más, divisó al C-130 descendió, se puso en posición, dio un último “puchito mas” de potencia para lograr “empupar” (encestar) la manga del KC-130 en el primer intento;  pese a su poca experiencia, afortunadamente lo logró cuando los indicadores de combustible estaban prácticamente en cero. Todos explotamos de alegría y de alivio por la frecuencia, sabiendo que el nene 4 regresaba a San Julián reabasteciendo, así lo hizo, hasta casi la vertical de la Base. Continuamos el vuelo manteniendo el rumbo un poco más,  dando cobertura durante los instantes iniciales del trasvase de combustible, pero,  a los 40 minutos de vuelo aproximadamente los vimos nítidamente, contrastando en el cielo azul, al A4-B enganchado al KC-130, con una larga estela de combustible que caía  por los agujeros producidos por impactos sufridos durante el ataque. Continuando con nuestro vuelo, realizamos un viraje de 180 grados e iniciamos el descenso para minimizar los efectos del viento de frente, con rumbo  a la Base, lugar de donde habíamos partido, estábamos  lejos de costa y sin verla, pero afortunadamente recibíamos aún señal del VOR SJU.

Llegamos a la Base San Julián luego de casi 01:40 de vuelo. Próximo al aterrizaje en el lugar habitual que teníamos asignado, vimos al KC-130, matricula TC-69 en la plataforma, y al A4-B matrícula C-221 del Alférez  Dellepiane en la Y que forma la calle de rodaje con la pista; el A-4B estaba estacionado sobre la tierra, con un agujero en el plano que lo pasaba de lado a lado y perdiendo aún, algunos restos de combustible. Nos enteramos después que fue tanto el combustible que le tuvo que trasferir el KC-130 al A-4B de Dellepiane que “La Chancha” aterrizó en San Julián, con mínimo nivel.

Fue el reencuentro, un momento de gran alegría pero no podíamos evitar pensar en nuestros camaradas que estaban en las islas, estaban combatiendo con los ingleses en las afueras de Puerto Argentino.

Con gran pesar veríamos al otro día, concluir las acciones bélicas.

Agradecemos al amigo Brig. Guillermo Lozada Acuña por facilitarnos el articulo